miércoles, 19 de noviembre de 2014

Arely Valdés. Héroe, libertador y cretino anónimo: la funcionalidad del enmascaramiento de Zero en Code Geass

Héroe, libertador y cretino anónimo: la funcionalidad del enmascaramiento de Zero en Code Geass

“La villanía se apoderó de él…
Y la fortuna, sonriendo, se mostró como una ramera.”
V for Vendetta[1]

Big Hero 6, (Grandes Héroes en América Latina), es el más reciente largometraje animado de Walt Disney Animation Studios, basado en el cómic de Marvel del mismo nombre.[2]La historia transcurre en una ciudad de lo más bizarra: San Fransokio, un hibrido entre San Francisco y Tokio, la capital japonesa. Las icónicas calles empinadas de la ciudad estadounidense son adornadas con motivos orientales y con las luces y ruido propios de los barrios más bulliciosos de Tokio, como Shibuya. Los protagonistas forman un grupo de nerds dedicados a la robótica y que pese a caer en el juego de los estereotipos y las etiquetas (en este caso el estereotipo dominante es el del oriental como genio) hacen un llamado a la verdad: Japón es el país líder en robótica. Y Estados Unidos de América, con su deseo de hegemonía sobre el mundo, arrastra la vitalidad tecnológica japonesa a su territorio probando así que lo que no fue capaz de crear a través de sus medios, lo absorbe y lo transforma para incorporarlo como suyo.
No es la primera ocasión, ni será tampoco la última en que el hombre americano recurre a lo culturalmente ajeno para ¿acrecentar su hegemonía? ¿Probar que su versión de las cosas es mucho mejor que el original? Cualquiera que sea el motivo, mi atención aquí es captada por lo japonés y por la idea del héroe. Para mí hay dos puntos claros: uno, que el mundo oriental corre paralelo al occidental y que cualquier tipo de inmersión a oriente cuyo propósito sea un acercamiento frontal y puro, equivale a resetear nuestro modus-operandi del oeste para comprender sin prejuicios el contexto ajeno; y dos, que la idea contemporánea de héroe, acunada en la industria hegemónica de símbolos estadounidense, lo primero que atrae a la mente es la imagen del enmascarado que salva al mundo.
El universo del cómic  ha estado siendo puesto en escena en la pantalla grande por las máximas casas filmográficas estadounidenses en los últimos años. El manga, que es la versión japonesa del cómic, pero a blanco y negro y de mayor extensión,  suele ser adaptado para serie de televisión y en los casos de gran audiencia alcanza una adaptación para largometraje. Hay ocasiones en las que los que el proceso de aparición de un anime, ocurre a la inversa: se proyecta una serie  y la conformación del manga llega posteriormente. La industria de manga-anime en Japón es vastísima, ha constituido parte elemental en la cultura de entretenimiento japonés y ha legado al resto del planeta la figura de ojos saltones y cabello de colores tan común en el ámbito. En resumidas cuentas: Japón posee sus propios héroes, extraídos del mass media caricaturesco y éstos quizá cambien con el paso de las temporadas, pero aquellos que alcanzan a dejar marca generacional pasan a formar parte del background del mundillo animado japonés.
Como outsider, podría aventurarme a crear una lista de los personajes que considere cumplen con el perfil de “Clásico héroe del anime japonés”, entendiendo clásico no en términos de antigüedad, sino en términos de universalidad y/o popularidad;  y entendiendo héroe como todo aquel protagonista que a grandes rasgos, es sometido a distintas pruebas que consigue superar, obteniendo así reconocimiento y admiración públicos. Por supuesto, siempre existen característicos particulares en cada héroe, dado que cada historia como ente individual es un microcosmos que exige cosas diferentes de cada uno de sus personajes. Así que esta definición inicial, es meramente general. Podría ocurrir, sin embargo, que mi lista fuera desacertada, porque recibo tan sólo una pequeña parte del total del material animado japonés. Por lo tanto, mi punto de partida  para la creación de dicha lista será el componente de universalidad. ¿Qué puede ser considerado como universal en éste y el otro lado del mundo? Si hablamos de héroes y mundos ficticios el factor común es innegable: la máscara. Y en mi listita quiero poner -movida por el favoritismo- en primer lugar a Zero, de Code Geass.[3]

0 + Máscara

La máscara es un objeto que tradicionalmente ha formado parte de un performance. En la antigua Grecia por ejemplo, las máscaras eran utilizadas para las representaciones teatrales. En el carnaval la máscara es usada como parte de un disfraz que encaja dentro de la mecánica del juego y la liberación. En Zero, el personaje en cuestión, la máscara, técnicamente, es un casco oscuro que le oculta a totalidad  la cabeza y que cumple con una primera y obvia intención: la de cubrir la verdadera identidad del portador, quien es un heredero a la corona que rechazó su sucesión al trono. 
Impulsado por un afán personal, bastante caprichoso y violento, (singularidad que hace de él un héroe de carga negativa) y ayudado con el especial poder que le fue otorgado a través de un contrato con C.C., Lelouch, el joven bajo la máscara, crea a Zero. Desde el nombre del personaje engendrado, que es el signo numérico de valor nulo, Lelouch reniega de la división de clases, de la monarquía, de la obligada entrega de un número a cambio de la también obligada renuncia a la nacionalidad… Si Britannia enumera sus territorios y los japoneses son “los onces”, Zero se levanta y parece decir: “Tú, tirano gobernante que despojas de identidad nacional al pueblo, ¿De qué me despojas a mi si soy anónimo y nulo?” Al mismo tiempo, su nombre juega con la idea matemática de que al ser colocado a la derecha de cualquier otro número, dispara su valor. Se burla: “Soy el cero que va a revalorizar todo cuanto has creado”.  Saca el máximo provecho de su posición anónima, se beneficia de la teatralidad ya implícita en el mero uso de una máscara: todas sus apariciones en público son siempre montajes premeditados o improvisados a veces, que de un modo u otro siempre -de eso se llega a encargar él hasta personalmente- son televisadas. Desea ser escuchado y reconocido. Desea ser seguido.  Pero para ello debe de dar prueba antes, igual que con el resto de los héroes que deciden enmascararse, que es posible confiar en él a pesar de ocultar su rostro, porque ¿qué tan fiable puede ser una persona que se esconde bajo una máscara?

Máscara + prueba
You’re on your own/in a world you’ve grown […]
And your friends are gone/and your friends won’t come
So show me where you fit.[4]

El móvil de Lelouch, como ya se dijo, es personal. El inteligente bachiller juró “destruir a Britannia”. Y esta íntima motivación queda tácita (al menos para él) en todas las acciones que lleva acabo bajo el estandarte de justiciero. No se incorpora a la causa de los “terroristas”, sino que hace un astuto llamado al pueblo en el capítulo ocho, cuando, tras apartar a los “terroristas” de su cauce inicial, conforma la llamada “Orden de caballeros negros” y dice: “Oprimidos, búsquennos; opresores, témannos “.Y desde ahí, ya como cabecilla de una un grupo de intenciones liberales, comienzan las pruebas para ambos lados de la máscara.
            En ese sentido, Lelouch/Zero, conforma un agente doble, pues se vuelve “especialista en la reversión de las apariencias y en la conversión de las lealtades”[5] Se encarga de crear una muy artera interacción estratégica entre ambos aspectos de su vida,  “lo que le obliga a llevar una doble vida enmascarada”[6] Es, sin embargo, la situación del enmascarado físicamente, la que me interesa. Zero, héroe,  líder de un equipo y conforme consigue triunfar en sus pruebas, un símbolo de liberación para el Japón esclavo, debió decidir desde un principio, el modo en que  procedería para poder avanzar y lograr su objetivo. Y su vía siempre fue la del juego sucio. [7] Zero es una víctima del mal. No del mal que hayan podido hacerle sus enemigos, sino del mal que él mismo desata a través de sus acciones; Zero es tramposo,  “para él lo importante es ganar, […] lo que puede hacerse de cualquier modo por fraudulento, irregular o indigno que resulte, con tal de que permita facilitar la victoria con ventaja sobre el rival”[8] Lo cual no significa que él sea malo, sino que se vale de cualquier medio para llegar a su fin.  Lo que por otro lado, sirve para mostrar que puede recurrir a las mismas tácticas que su adversario. Una de sus frases contundentes lo resume: “No debería matar, aquel no está preparado para morir”.
            Es decir, Zero, el que será el héroe libertador, conjuga en su persona y sus maniobras el bien y el mal. El bien porque, a pesar de que tiene un motivo sombrío y siniestro a nivel personal,  (lo que en otras palabras -bastante prejuiciosas- lo vuelve un cretino puesto que está siendo medianamente hipócrita con el movimiento entero que lidera)  se agencia la confianza y certidumbre de la gente entorno a la posible vuelta del albedrío como país.Y el mal porque sus métodos no son los correctos según el acuerdo de valores del mundo en que se instaura.
            Como resulta lógico, el personaje despertó los ánimos y las esperanzas probablemente ya muertas del pueblo sometido. El Imperio de Britannia, empezó a darle cacería. Zero se vuelve un prófugo de “la justicia”. Debe huir y permanecer: no dejarse atrapar y al mismo tiempo continuar apareciendo para evitar que la llama  de  emancipación ya iniciada se apague.

 Máscara + muerte
 The truth hurts worse than anything I could bring myself to do to you[9]

Cuando Lelouch arriba al trono,  convertido en el nuevo tirano, lleva a su personaje Zero al siguiente nivel: como la máscara ya está cargada con  todo un arsenal de significados para el pueblo japonés, no importa quien se encuentre debajo de ella, lo importante es que continúe con la actitud de probidad hacia el Japón que prometió liberar. La puesta en escena continua, pero ahora Lelouch, con su rostro al aire, toma un papel que le favorece a su Zero. Y es así como en un desfile programado para ejecutar a todos los miembros de la “Orden de Caballeros Negros”,  la figura enmascarada irrumpe y atraviesa con una espada a Lelouch. Resultado: Zero: 1, Lelouch: 0; de éste modo, el símbolo que es Zero para “los onces” en el mundo ficcional de Code Geass, sobrevive, mientras que Lelouch, el creador, muere sin que ninguno de todos sus méritos le haya sido retribuido, salvo quizá, la satisfacción personal de morir sabiendo que Zero pervivirá.
¿Cuál fue la pertinencia de este acercamiento? El modelo de Zero, libertador/justiciero, se repite en distintas culturas. En la británica por ejemplo, V for Vendetta,[10] que se inserta también en la dinámica ficcional del cómic, el enmascarado, en un contexto enteramente distinto, llama a la justicia a través de acciones violentas. O en algo más cercano, el Subcomandante Marcos, que también cubre su rostro y de igual manera forma parte de un grupo con propósitos libertarios que en sus orígenes fue un movimiento armado. La diferencia esencial en este último ejemplo, radica en que se conoce el nombre de quien está bajo la máscara.
            Mi mismo punto de partida es mi punto de vuelta: la máscara en el héroe es universal, a veces le sobrevivirá al portador y a veces se erigirá como un símbolo de justicia y libertad.






Bibliografía
  • ·         Fabbri, Paolo, Tácticas de los signos, Colección el Mamífero parlante de Gedisa Editorial, capítulos fotocopiados en la antología para clase, 1 (págs15-20) y 5 (págs. 110-119)
  • ·         Gil Calvo,  Enrique, Máscaras Masculinas: Héroes, patriarcas y monstruos, Colección Argumentos de Editorial Anagrama, España, 2006.
  • ·         Lévi-Strauss, Claude, La vía de las máscaras, Siglo Veintiuno Editores, Octava edición en español, 2007.




Anexo
 


  • ·         Sinopsis

Code Geass R1 (para la primera temporada) y Code Geass R2 (Para la segunda temporada), narra la historia de Lelouch Vi Britannia, decimoséptimo sucesor al trono del Imperio de Britannia, que se envuelve en una rebelión, buscando venganza por el asesinato de su madre.
La trama de Code Geass parte de un mundo distópico en el que el Sagrado Imperio de Britannia es ubicado geográficamente en el espacio de América del Norte. El Imperio de Britannia, en su afán de expandir sus territorios comienza a asediar otros países. En el año 2010, con los Knightmares (Knight: caballero + nightmare: pesadilla) robots con tecnología de punta, Britannia invade Japón. El país oriental pierde y se une a la lista de territorios adquiridos. Japón se convierte en el Área once y los japoneses… en onces.
            Mientras El Sagrado Imperio de Britannia expande sus horizontes, alguien asesina en su propiedad privada con disparos a través de la ventana, a la madre de Lelouch y Nanally (su hermana) y cuando éste pide audiencia con su padre para exigir la investigación del asesinato, el emperador se niega y lo envía a él y a su hermana a Japón, como “útiles diplomáticos”, con la esperanza de que tal vez mueran durante la invasión.
            Diez años después del asedio a Japón, por “aparentes” azares, Lelouch conoce a una chica que le otorga a través de un contrato de términos muy ambiguos, el llamado Geass. El Geass es el poder de “la obediencia universal”. Todo cuando ordene Lelouch al ver a una persona a los ojos, será obedecido y olvidado después de haber sido hecho. Mas puede usarlo una sola vez por persona. Es gracias a este poder, a su ingenio y a la máscara de Zero, que Lelouch consigue abrirse paso hacia la respuesta del misterio en torno a la muerte de su madre y la paz del mundo en guerra.
  • ·         Wikipedia, Resumen de capítulos

  • ·         Youtube, primeros ocho capítulos de la primera temporada



                                                       



[1] V de Vendetta, Ediciones Zinco, versión digital, pág. 7 <https://app.box.com/shared/ghqlvndgnb>
[2] Cf: IMDb, “Big Hero 6” <http://www.imdb.com/title/tt2245084/>
[3] Anexo
[4] Retrograde de James Blake.
[5] Fabri, Paolo, Tácticas de los signos, Colección El mamífero parlante, Gedisa editorial, págs. 103-104.
[6] Gil Calvo, Enrique, Máscaras Masculinas: héroes, patriarcas y monstruos, Colección Argumentos, Anagrama, pág. 190
[7] Con el Geass, sus pasos de héroe estuvieron siempre marcados por la violencia que ejerció al doblegar la voluntad ajena.
[8] Op. Cit., Gil Calvo, Enrique, pág. 173.
[9] I’ve got a ll this ringing in my ears but none on my fingers de Fall Out Boy.
[10] La importancia de este enmascaramiento en particular ha sido tal, que la sonriente cara blanca se ha convertido en un “símbolo” de justicia. 

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