Héroe, libertador y cretino anónimo: la
funcionalidad del enmascaramiento de Zero
en Code Geass
“La villanía se apoderó de él…
Y la fortuna, sonriendo, se mostró como una ramera.”
V for Vendetta[1]
Y la fortuna, sonriendo, se mostró como una ramera.”
V for Vendetta[1]
Big Hero 6,
(Grandes Héroes en América Latina), es el más reciente largometraje animado de Walt Disney Animation Studios, basado en
el cómic de Marvel del mismo nombre.[2]La
historia transcurre en una ciudad de lo más bizarra: San Fransokio, un hibrido
entre San Francisco y Tokio, la capital japonesa. Las icónicas calles empinadas
de la ciudad estadounidense son adornadas con motivos orientales y con las
luces y ruido propios de los barrios más bulliciosos de Tokio, como Shibuya. Los
protagonistas forman un grupo de nerds dedicados a la robótica y que pese a
caer en el juego de los estereotipos y las etiquetas (en este caso el
estereotipo dominante es el del oriental como genio) hacen un llamado a la
verdad: Japón es el país líder en robótica. Y Estados Unidos de América, con su
deseo de hegemonía sobre el mundo, arrastra la vitalidad tecnológica japonesa a
su territorio probando así que lo que no fue capaz de crear a través de sus
medios, lo absorbe y lo transforma para incorporarlo como suyo.
No
es la primera ocasión, ni será tampoco la última en que el hombre americano
recurre a lo culturalmente ajeno para ¿acrecentar su hegemonía? ¿Probar que su
versión de las cosas es mucho mejor que el original? Cualquiera que sea el
motivo, mi atención aquí es captada por lo japonés
y por la idea del héroe. Para mí hay
dos puntos claros: uno, que el mundo oriental corre paralelo al occidental y
que cualquier tipo de inmersión a oriente cuyo propósito sea un acercamiento
frontal y puro, equivale a resetear nuestro modus-operandi del oeste para
comprender sin prejuicios el contexto ajeno; y dos, que la idea contemporánea
de héroe, acunada en la industria hegemónica de símbolos estadounidense, lo
primero que atrae a la mente es la imagen del enmascarado que salva al mundo.
El
universo del cómic ha estado siendo
puesto en escena en la pantalla grande por las máximas casas filmográficas
estadounidenses en los últimos años. El manga,
que es la versión japonesa del cómic, pero a blanco y negro y de mayor
extensión, suele ser adaptado para serie
de televisión y en los casos de gran audiencia alcanza una adaptación para
largometraje. Hay ocasiones en las que los que el proceso de aparición de un anime, ocurre a la inversa: se proyecta
una serie y la conformación del manga llega posteriormente. La industria
de manga-anime en Japón es vastísima,
ha constituido parte elemental en la cultura de entretenimiento japonés y ha
legado al resto del planeta la figura de ojos saltones y cabello de colores tan
común en el ámbito. En resumidas cuentas: Japón posee sus propios héroes,
extraídos del mass media
caricaturesco y éstos quizá cambien con el paso de las temporadas, pero
aquellos que alcanzan a dejar marca generacional pasan a formar parte del background del mundillo animado japonés.
Como
outsider, podría aventurarme a crear
una lista de los personajes que considere cumplen con el perfil de “Clásico
héroe del anime japonés”, entendiendo clásico no en términos de antigüedad,
sino en términos de universalidad y/o popularidad; y entendiendo héroe como todo aquel
protagonista que a grandes rasgos, es sometido a distintas pruebas que consigue
superar, obteniendo así reconocimiento y admiración públicos. Por supuesto,
siempre existen característicos particulares en cada héroe, dado que cada
historia como ente individual es un microcosmos que exige cosas diferentes de
cada uno de sus personajes. Así que esta definición inicial, es meramente
general. Podría ocurrir, sin embargo, que mi lista fuera desacertada, porque
recibo tan sólo una pequeña parte del total del material animado japonés. Por
lo tanto, mi punto de partida para la
creación de dicha lista será el componente de universalidad. ¿Qué puede ser
considerado como universal en éste y el otro lado del mundo? Si hablamos de
héroes y mundos ficticios el factor común es innegable: la máscara. Y en mi
listita quiero poner -movida por el favoritismo- en primer lugar a Zero, de Code Geass.[3]
0 + Máscara
La
máscara es un objeto que tradicionalmente ha formado parte de un performance.
En la antigua Grecia por ejemplo, las máscaras eran utilizadas para las
representaciones teatrales. En el carnaval la máscara es usada como parte de un
disfraz que encaja dentro de la mecánica del juego y la liberación. En Zero, el
personaje en cuestión, la máscara, técnicamente, es un casco oscuro que le
oculta a totalidad la cabeza y que cumple
con una primera y obvia intención: la de cubrir la verdadera identidad del
portador, quien es un heredero a la corona que rechazó su sucesión al
trono.
Impulsado
por un afán personal, bastante caprichoso y violento, (singularidad que hace de
él un héroe de carga negativa) y ayudado con el especial poder que le fue
otorgado a través de un contrato con C.C., Lelouch, el joven bajo la máscara,
crea a Zero. Desde el nombre del personaje engendrado, que es el signo numérico
de valor nulo, Lelouch reniega de la división de clases, de la monarquía, de la
obligada entrega de un número a cambio de la también obligada renuncia a la
nacionalidad… Si Britannia enumera sus territorios y los japoneses son “los
onces”, Zero se levanta y parece decir: “Tú, tirano gobernante que despojas de
identidad nacional al pueblo, ¿De qué me despojas a mi si soy anónimo y nulo?”
Al mismo tiempo, su nombre juega con la idea matemática de que al ser colocado
a la derecha de cualquier otro número, dispara su valor. Se burla: “Soy el cero
que va a revalorizar todo cuanto has creado”. Saca el máximo provecho de su posición
anónima, se beneficia de la teatralidad ya implícita en el mero uso de una
máscara: todas sus apariciones en público son siempre montajes premeditados o
improvisados a veces, que de un modo u otro siempre -de eso se llega a encargar
él hasta personalmente- son televisadas. Desea ser escuchado y reconocido.
Desea ser seguido. Pero para ello debe
de dar prueba antes, igual que con el resto de los héroes que deciden
enmascararse, que es posible confiar en él a pesar de ocultar su rostro, porque
¿qué tan fiable puede ser una persona que se esconde bajo una máscara?
Máscara + prueba
You’re on your own/in a world you’ve grown […]
And your friends are gone/and your friends won’t come
So show me where you fit.[4]
And your friends are gone/and your friends won’t come
So show me where you fit.[4]
El
móvil de Lelouch, como ya se dijo, es personal. El inteligente bachiller juró
“destruir a Britannia”. Y esta íntima motivación queda tácita (al menos para
él) en todas las acciones que lleva acabo bajo el estandarte de justiciero. No
se incorpora a la causa de los “terroristas”, sino que hace un astuto llamado
al pueblo en el capítulo ocho, cuando, tras apartar a los “terroristas” de su
cauce inicial, conforma la llamada “Orden de caballeros negros” y dice: “Oprimidos,
búsquennos; opresores, témannos “.Y desde ahí, ya como cabecilla de una un
grupo de intenciones liberales, comienzan las pruebas para ambos lados de la
máscara.
En ese sentido, Lelouch/Zero,
conforma un agente doble, pues se vuelve “especialista en la reversión de las
apariencias y en la conversión de las lealtades”[5] Se
encarga de crear una muy artera interacción estratégica entre ambos aspectos de
su vida, “lo que le obliga a llevar una
doble vida enmascarada”[6] Es,
sin embargo, la situación del enmascarado físicamente, la que me interesa. Zero,
héroe, líder de un equipo y conforme
consigue triunfar en sus pruebas, un símbolo de liberación para el Japón
esclavo, debió decidir desde un principio, el modo en que procedería para poder avanzar y lograr su
objetivo. Y su vía siempre fue la del juego sucio. [7]
Zero es una víctima del mal. No del mal que hayan podido hacerle sus enemigos,
sino del mal que él mismo desata a través de sus acciones; Zero es
tramposo, “para él lo importante es
ganar, […] lo que puede hacerse de cualquier modo por fraudulento, irregular o
indigno que resulte, con tal de que permita facilitar la victoria con ventaja
sobre el rival”[8]
Lo cual no significa que él sea malo,
sino que se vale de cualquier medio para llegar a su fin. Lo que por otro lado, sirve para mostrar que
puede recurrir a las mismas tácticas que su adversario. Una de sus frases
contundentes lo resume: “No debería matar, aquel no está preparado para morir”.
Es decir, Zero, el que será el héroe
libertador, conjuga en su persona y sus maniobras el bien y el mal. El bien
porque, a pesar de que tiene un motivo sombrío y siniestro a nivel
personal, (lo que en otras palabras -bastante prejuiciosas- lo vuelve un cretino puesto que está siendo
medianamente hipócrita con el movimiento entero que lidera) se agencia la confianza y certidumbre de la
gente entorno a la posible vuelta del albedrío como país.Y el mal porque sus
métodos no son los correctos según el acuerdo de valores del mundo en que se
instaura.
Como resulta lógico, el personaje
despertó los ánimos y las esperanzas probablemente ya muertas del pueblo
sometido. El Imperio de Britannia, empezó a darle cacería. Zero se vuelve un
prófugo de “la justicia”. Debe huir y permanecer: no dejarse atrapar y al mismo
tiempo continuar apareciendo para evitar que la llama de
emancipación ya iniciada se apague.
Máscara
+ muerte
The truth hurts worse than anything I could bring
myself to do to you[9]
Cuando
Lelouch arriba al trono, convertido en
el nuevo tirano, lleva a su personaje Zero al siguiente nivel: como la máscara
ya está cargada con todo un arsenal de
significados para el pueblo japonés, no importa quien se encuentre debajo de
ella, lo importante es que continúe con la actitud de probidad hacia el Japón
que prometió liberar. La puesta en escena continua, pero ahora Lelouch, con su
rostro al aire, toma un papel que le favorece a su Zero. Y es así como en un
desfile programado para ejecutar a todos los miembros de la “Orden de
Caballeros Negros”, la figura
enmascarada irrumpe y atraviesa con una espada a Lelouch. Resultado: Zero: 1,
Lelouch: 0; de éste modo, el símbolo que es Zero para “los onces” en el mundo
ficcional de Code Geass, sobrevive, mientras que Lelouch, el creador, muere sin
que ninguno de todos sus méritos le haya sido retribuido, salvo quizá, la
satisfacción personal de morir sabiendo que Zero pervivirá.
¿Cuál
fue la pertinencia de este acercamiento? El modelo de Zero,
libertador/justiciero, se repite en distintas culturas. En la británica por
ejemplo, V for Vendetta,[10]
que se inserta también en la dinámica ficcional del cómic, el enmascarado, en
un contexto enteramente distinto, llama a la justicia a través de acciones
violentas. O en algo más cercano, el Subcomandante Marcos, que también cubre su
rostro y de igual manera forma parte de un grupo con propósitos libertarios que
en sus orígenes fue un movimiento armado. La diferencia esencial en este último
ejemplo, radica en que se conoce el nombre de quien está bajo la máscara.
Mi
mismo punto de partida es mi punto de vuelta: la máscara en el héroe es
universal, a veces le sobrevivirá al portador y a veces se erigirá como un
símbolo de justicia y libertad.
Bibliografía
- · Fabbri, Paolo, Tácticas de los signos, Colección el Mamífero parlante de Gedisa Editorial, capítulos fotocopiados en la antología para clase, 1 (págs15-20) y 5 (págs. 110-119)
- · Gil Calvo, Enrique, Máscaras Masculinas: Héroes, patriarcas y monstruos, Colección Argumentos de Editorial Anagrama, España, 2006.
- · Lévi-Strauss, Claude, La vía de las máscaras, Siglo Veintiuno Editores, Octava edición en español, 2007.
Anexo
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- · Sinopsis
Code
Geass R1 (para la primera temporada) y Code Geass R2 (Para la segunda temporada), narra la historia de
Lelouch Vi Britannia, decimoséptimo sucesor al trono del Imperio de Britannia,
que se envuelve en una rebelión, buscando venganza por el asesinato de su
madre.
La
trama de Code Geass parte de un mundo distópico en el que el Sagrado Imperio de
Britannia es ubicado geográficamente en el espacio de América del Norte. El
Imperio de Britannia, en su afán de expandir sus territorios comienza a asediar
otros países. En el año 2010, con los Knightmares
(Knight: caballero + nightmare: pesadilla) robots con
tecnología de punta, Britannia invade Japón. El país oriental pierde y se une a
la lista de territorios adquiridos. Japón se convierte en el Área once y los
japoneses… en onces.
Mientras El Sagrado Imperio de Britannia expande sus
horizontes, alguien asesina en su propiedad privada con disparos a través de la
ventana, a la madre de Lelouch y Nanally (su hermana) y cuando éste pide
audiencia con su padre para exigir la investigación del asesinato, el emperador
se niega y lo envía a él y a su hermana a Japón, como “útiles diplomáticos”,
con la esperanza de que tal vez mueran durante la invasión.
Diez años después del asedio a Japón, por “aparentes”
azares, Lelouch conoce a una chica que le otorga a través de un contrato de
términos muy ambiguos, el llamado Geass.
El Geass es el poder de “la
obediencia universal”. Todo cuando ordene Lelouch al ver a una persona a los
ojos, será obedecido y olvidado después de haber sido hecho. Mas puede usarlo
una sola vez por persona. Es gracias a este poder, a su ingenio y a la máscara
de Zero, que Lelouch consigue abrirse paso hacia la respuesta del misterio en
torno a la muerte de su madre y la paz del mundo en guerra.
- · Wikipedia, Resumen de capítulos
- · Youtube, primeros ocho capítulos de la primera temporada
[1] V
de Vendetta, Ediciones Zinco, versión digital, pág. 7 <https://app.box.com/shared/ghqlvndgnb>
[2] Cf: IMDb, “Big Hero 6”
<http://www.imdb.com/title/tt2245084/>
[3]
Anexo
[4] Retrograde de James Blake.
[5]
Fabri, Paolo, Tácticas de los signos,
Colección El mamífero parlante, Gedisa editorial, págs. 103-104.
[6] Gil
Calvo, Enrique, Máscaras Masculinas: héroes, patriarcas y monstruos, Colección
Argumentos, Anagrama, pág. 190
[7]
Con el Geass, sus pasos de héroe estuvieron siempre marcados por la violencia
que ejerció al doblegar la voluntad ajena.
[8] Op.
Cit., Gil Calvo, Enrique, pág. 173.
[10]
La importancia de este enmascaramiento en particular ha sido tal, que la
sonriente cara blanca se ha convertido en un “símbolo” de justicia.
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