El
cielo en venta: la imagen persuasiva
"Ser o no
ser, esa es la cuestión."
W. Shakespeare
"Cielo o
infierno, ¿qué importa?"
Ch.
Baudelaire
I.- ¿Qué es un signo?
Remitiéndonos
a la antigüedad un signo es algo que está por algo: “Aliquid stat pro aliquo.”[1] Con
esto facilita señalar que es eso cuya esencia es mentir porque no es la cosa
en sí, sino que sólo la representa, usurpa su lugar y, no obstante, nos remite
a ella, al original, a lo que en verdad es. Roland Barthes dice: “Un
signo es lo que se repite. Sin repetición no hay signo, ya que no se le podría
reconocer, y el reconocimiento es lo que fundamenta el signo.”[2] Las
imágenes de un folleto son, entonces, signos.
Mas
¿qué tipo de signos son los que se manifiestan en un folleto? La mayoría de las
respuestas que se pueden dar es que pertenecen al de los signos icónicos,
puesto que un folleto, en su mayoría, está conformado por imágenes y
fotografías, que tienen una “similitud topológica entre un significante y el
denotado.”[3] No
obstante se los han de pensar también como signos indexicales porque en las
imagenes se incluyen títulos y subtítulos que apoyan al receptor para que
reciba bien el mensaje pretendido. Para estos “su significantes es contiguo a
su significado, o es una muestra de él”[4] y
son, además, los que regulan la materia de la expresión[5], en
este caso a la imagen y, por tanto, no se los puede estudiar por separado para
la comprensión semántica de un folleto.
II.-
Cómo está construido el folleto: la conformación del signo publicitario
El
folleto del que trato es díptico conformado por 13 cuadros ilustrados, al cual,
considerándolo como un texto, un micro-universo semántico, una semiósfera en
términos de I. Lotman, lo analizaré empleando el cuadrado semiótico
greimasiano y el análisis de los planos de expresión y contenido
conforme a Hjelmslev (cabe señalar que sólo al primero de los cuadros por el
momento). Todo esto para esclarecer lo más arriba mencionado sobre la relación
estrecha entre lo icónico y lo indexical. He aquí que será menester
señalar y ejemplificar cómo fue presentado dicho folleto, que enseguida se
muestra:
En
lo concerniente a los planos de expresión y contenido del folleto
(puede valer lo mismo para cada imagen que lo conforman) será menester señalar
que cada uno está conformado por una forma (la parte física, técnica y
funcional) y una sustancia (las ideas, lo conceptual, el resultado a
partir de la forma). En el plano de la expresión se ha considerar al
folleto tal cual puesto que es el objeto que se percibe ni más ni menos,
mientras que para el plano del contenido se lo ha de considerar como
algo, como objeto que significa y tiene una intención enfática ya que remite
a un concepto mental que puede o no corresponder a lo mostrado según sea el tipo
de lectura y el lector. A continuación el desglose para cada uno de los planos
en el folleto:
Ahora
puede observarse que para el primero de los planos se responde a “¿con qué se
elaboró lo que expresa?” para la forma y “¿cómo fue manifestado el qué
que expresa?” para la sustancia. Por su parte, para el segundo de los
planos (el del contenido) se responde a “¿con qué se elaboró el contenido, lo
que significará?” para la forma y “¿cómo esta manifestado el qué?” para
la sustancia. Es de obviar que tanto para el plano de la expresión como
para el del contenido se responde qué para la forma y cómo
para la sustancia.
Puede
verse, empero, que cada uno de los planos tiene sus propias cualidades bien
definidas, pero no por ello se les puede estudiar por separado, ya que no puede
haber contenido sin algo que lo exprese y, así mismo, no puede existir algo
para ser expresado si no hay lo que lo ejemplifique. Dicho esto ahora es más
factible la aplicación del cuadrado semiótico greimasiano[6].
III.-
¿Es el folleto un reflejo?... La respuesta es “no”
El
folleto muestra variantes de imágenes reproducidas por computadora para las
cuales cabe preguntarse si pueden o no fungir como un reflejo de la sociedad. Una
imagen como lo son las que conforman un folleto ofrecen “una superficie
(plana) en la cual ‘se ve’ o ‘perceptivamente se imagina’ una escena
perceptiva real”[7],
por lo que puede deducirse que sí existe la posibilidad de que en el folleto se
trate de representar a la sociedad que lo consume. Para esclarecer esto último
dicho hemos de ejemplificar conforme a Greimas.
Para
la elaboración del cuadro semiótico greimasiano es necesario señalar que
se hará uso del eje semántico de “ser” y “parecer” con su respectiva
presunción, esto para demostrar que lo que se muestra en cualquier folleto
puede ser contrario o no a la realidad al tiempo que se podrá responder si
cumple o no con la finalidad para la que fue creado: la venta del cielo en este
caso, que no es otra cosa que publicidad. Barthes señala que
En
la publicidad, la significación de la imagen es ciertamente intencional. Si la
imagen contiene signos entonces estamos seguros de que en publicidad esos
signos están llenos, formados con vistas a la mejor lectura: la imagen
publicitaria es franca, al menos, enfática.[8]
Estamos
de acuerdo con él, no obstante aún queda en duda si la imagen presentada en un
folleto logra lo pensado por su diseñador. Y dado que de eso es de lo que se
desea hablar he aquí el esquema del cual nos serviremos:
Considérese
que el empleo de este “cuadrado semiótico” servirá aquí para sólo poner de
manifiesto y explicar la primera imagen en sí, el título y el subtítulo
que la acompañan serán abordados más adelante. He aquí la imagen a considerar:
Como
ya se hubo señalado, el “cuadrado semiótico” está sostenido, para el análisis
de la precedente imagen, por el eje semántico de “ser” y “parecer”. Ahora bien,
los tipos de relaciones (véase el esquema primero de esta página) que se
dan con relación a la imagen han de resultar a partir de que:
a)
La imagen es: Un dibujo en el que se muestran dos niños (hombre y mujer) al
principio de un camino mirando hacia el reino divino.
b)
La imagen parece: La imagen hace posible una “realidad virtual”[9] en
la que el hombre en cuerpo puede llegar al reino divino.
c)
La imagen no parece: En la imagen no se muestra el infierno, lo que es opuesto
al reino divino, el cielo (esto porque la finalidad de la imagen es fascinar al
receptor con un ideal de gloria divina en el cual el infierno no existe y es
posible la introducción del cuerpo humano, aunque la representación de la
morada divina no concuerda con lo preconcebido de la divinidad de tres partes,
considérese que la morada en la imagen es una pirámide cuadrangular).
d)
La imagen no es: La imagen no es lo real porque es una “caricatura” y aunque
fuese una fotografía la manifestación de lo real sería imposible ya que la
unión en una imagen real entre niños-camino-reinodivino es imposible.
Teniendo
esto presente, los tres tipos de relación o de lectura (complementariedad,
contrariedad y contradicción) quedarán como sigue[10]:
a) En
tanto verdad (ser + parecer o contrariedad positiva): La imagen muestra que
para los niños en cuerpo es posible lograr lo divino.
b) En
tanto falsedad (no parecer + no ser o contrariedad negativa): La imagen muestra
la imposibilidad de sufrimiento, pero como es una caricatura lo que muestra es
imposible.
c) En
tanto mentira (parecer + no ser o
complementariedad negativa): La imagen muestra que “virtualmente” el cuerpo
humano puede lograr entrar al recinto divino, pero dado que es una caricatura
no puede ser realidad (el cuerpo humano no entra al reino de lo divino, queda
soterrado por lo general).
d) En
tanto secreto (ser + no parecer o
complementariedad positiva): La imagen nos muestra dos niños (hombre y mujer)
en el sendero que lleva al reino divino, pero no muestra la contraparte, el
infierno. Esto último se deduciría si a los niños se los representara volteando
hacia otro lado, mas como no es así, para esta imagen el infierno es el
secreto; no se lo muestra pero el receptor sabe de su existencia.
Y añado:
e) Axioma
positivo (ser + no ser): Cuando algo es lo que no es resulta en redundancia y,
por tanto, un axioma. La imagen es un dibujo (caricatura) donde se representa a
dos niños “anhelando” el reino divino, pero eso no es la realidad; en la vida
cotidiana es imposible la unión niños-camino-reinodivino.
f) Axioma
negativo (parecer + no parecer): Cuando algo parece lo que no parece resulta lo
mismo que si se dijera: algo es lo que no es y esto trae como
consecuencia volver a caer en redundancia y, por tanto, un segundo axioma. En
el folleto la imagen hace posible una “realidad virtual” en la que el cuerpo
humano puede entrar en el reino divino, pero no muestra que sea posible entrar
en el averno, que es contrario del primero.
Con
lo dicho principalmente en los axiomas (incisos e y f) se deduce que la
“realidad virtual” no es la realidad y que el cuerpo humano, dado que es
soterrado, no puede ingresar en el reino divino (ni en el infierno) y menos con
ayuda de un folleto donde se muestra una caricatura de la realidad en la que es
imposible la confabulación de niños-camino-reinodivino.
IV.-
La cuestión del título y el subtítulo con la imagen
Dado
que en la imagen del folleto (el signo) se presenta junto con un título
y un subtítulo[11]
así es como debe de ser leída, ya que este tipo de signos, mezcla de iconos e
índices no se los puede ni se los debe estudiar por separado ya que tanto el título
como el subtítulo pueden acentuar o contradecir el tema del
signo.
La filosofía de Gestalt sostiene que la mente
humana no percibe los objetos del mundo como trozos y fragmentos sin relación
entre sí, sino como configuraciones de elementos, temas o todos organizados y
llenos de sentido. Los mismos objetos parecen distintos en contextos diferentes
y, aún dentro de un mismo campo de visión, son interpretados de distinto modo
según formen parte de la «figura» o del «fondo».”[12]
Para
nosotros la imagen sería ese objeto que al sacarlo de este y ponerlo en
otro cuadro o con otros títulos o subtítulos su significación
sería diferente. Lo mismo pasaría si al folleto se lo leyera a la inversa. Con
esto ha de quedar claro que la imagen aquí analizada ya en conjunto con las
restantes del folleto puede o no cobrar otro significado (pero eso no interesa
por el momento ya que este texto sería muy extenso si plasmara el mismo
procedimiento que empleamos para esta sola imagen en las demás). Y dado que
todo tiene principio, intermediación y fin, en ese orden deben ser leídos tanto
el folleto como cada una de sus signos, de lo contrario su significado varía.
Véase
el siguiente ejemplo donde una misma imagen es leída de modo diferente, esto
desde la perspectiva del lector, del que la mira, que es siempre quien le ha de
conferir significado, pues según la fenomenología el papel central es “el del
receptor a la hora de determinar el sentido”[13]. He
aquí el ejemplo y sus lecturas:
El
título de la imagen dice: “COMO LLEGAR” donde los códigos conativos
son empleados con una finalidad, no por nada viene en mayúsculas. En el
subtítulo se lee: “CIELO” que también está en mayúsculas y es, además, lo que
se pretendió fuera el objetivo del receptor del folleto, el que compraría ese
“ideal”; llegar a la gloria divina. La unión resultante entre título-imagen-subtítulo
es positiva para quien la creó y también lo puede ser para quien la lee,
pero no ha de faltar que se dé el caso en que resulte negativa.
Negativa
sería cuando título y subtítulo no contribuyeran con la imagen.
Por casualidad acaso en la que se analizó del folleto sucedió que estos
funcionaban como reiteración, como pleonasmo de lo que según una de las
lecturas se decía y la cual dice: En tanto verdad (ser + parecer o
contrariedad positiva): La imagen muestra que para los niños en cuerpo es
posible lograr lo divino. Para los niños es posible LLEGAR AL CIELO.
Interesante
es que tanto en el título como en el subtítulo se omita “AL”. Si
se separa según arborizamos queda “a” + “el”, pero si agregamos un acento queda
“a” + “él”: “a él” y por tanto, COMO LLEGAR A ÉL, a lo divino que está en el
CIELO. Eso es lo que vende la primera imagen del folleto, quizá
inconscientemente por parte de quien lo diseñó y así mismo por quien lo anda
repartiendo. Depende del lector y su lectura exclusivamente dejarse o no ser
persuadido.
V.-
Conclusiones
Más
arriba en el “b) La imagen parece” hice mención de la “realidad
virtual”, de esta se dice que conforme
“se experimenta como real deja de ser virtual.”[14]
Esto es lo que ciertos religiosos buscaban, querían que quien viera el
contenido del folleto lo considerara una realidad para lograr con ello que se
unieran a sus filas, pero a cuáles, esto puede para algunos importar poco ya
que casi todas la religiones buscan lo mismo y como este fue entregado al
público mexicano en su propio país no ha de existir gran problema para saber de
cuál religión pertenecería el folleto, mas deducir esto tampoco interesa en el
presente trabajo.
Los
religiosos que distribuyeron el folleto vendían en apariencia el CIELO, o como
ya se dijo: “a él”, a lo divino. No obstante lo que en verdad ellos querían era
que la gente se les uniera, aunque solo en pensamiento o ideal religioso. Para
lograr eso les fue necesario el uso de la retórica, en esta ocasión la retórica fue proyectada en un
folleto publicitario. Véase lo dicho por Roland Barthes en la cita ocho.
Siendo
la imagen un signo enfático y/o franco es posible que el público que la
consumió creyera las “realidades virtuales” que les presentaron y que, por lo
tanto, optaran por comprar la idea de CIELO que se les ofrecía. No obstante
esto dicho se puede ahora señalar que no siempre es así, pues conforme el
desglose de los tipos de relación hecho más arriba, es posible pensar en que pudo
haber diversos tipos de lectores, unos leyeron, quizá, en tanto verdad, otros
en tanto mentira, falsedad, secreto y/o en tanto a cualquiera de los axiomas.
Dependiendo del tipo de lectura y del lector, la información pudo o no
persuadir del todo o nada a su lector. Shakespeare, permítase el ejemplo, se
encontraría en un dilema mientras que Baudelaire se mostraría como indiferente.
En
este texto sólo se manifestó sobre la primera imagen del folleto por lo que
hace falta hacer lo mismo con las restantes para poder realizar una comparación
entre ellas, y así poder luego comparar también, pero objetivamente, el folleto
aquí presentado con otros que también sean y /o estén relacionados con
religión.
Bibliografía:
Casetti,
Francesco y Federico di Chio, Cómo analizar un film, Barcelona, 2003.
Espinosa
Vera, Pablo, Semiótica de los mass-media, Océano, México, 2005.
Floch,
Jean-Marie, Semiótica, marketing y comunicación. Bajo los signos, las
estrategia, Paidós, Barcelona, 1993.
Joly,
Martine, La interpretación de la imagen: entre memoria, estereotipo y
seducción, Paidós, Barcelona, 2003.
Sebeok,
Thomas A., Signos: una introducción a la semiótica, Barcelona, 1996.
Selden,
Raman, et al, La teoría literaria contemporánea, Ariel, España, 2006.
Fuentes:
Folleto
“COMO LLEGAR AL CIELO” recuperado casi de la basura.
[1] Espinosa Vera, Pablo, Semiótica
de los mass-media, p., 125.
[2] Joly, Martine, La
interpretación de la imagen: entre memoria, estereotipo y seducción, p.,
264.
[3] Sebeok, Thomas A., Signos: una introducción a la semiótica,
p., 44.
[4] Ídem., p., 47.
[5] Francesco Casetti y Federico
di Chio, Cómo analizar un film, p., 96.
[6] El cuadro lo contruiré
conforme se presenta en el capítulo “¿Es usted agrimensor o sonámbulo?” leído
en: Floch, Jean-Marie, Semiótica, marketing y comunicación. Bajo los signos,
las estrategias.
[7] Op. Cit., Semiótica
de los mass-media, p., 124. Las subrayadas son mías.
[8] Op. Cit., La
interpretación de la imagen: entre memoria, estereotipo y seducción, p.,
266.
[9] Cfr., Semiótica de los mass-media, p.,
131.
[10] En donde el nombre de “positivo” se
ha de considerar porque es lo más viable y, por tanto, a “negativo” por no
serlo al mismo nivel en la comprensión del sentido de la imagen por parte de
quien la mira.
[11] Para la referencia de estos
términos cfr., Cómo analizar un film, págs., 96-98.
[12] Selden, Raman, et al, La teoría literaria
contemporánea, p., 65.
[13] Ídem., p., 70.
[14] Op., cit., Semiótica de los mass-media,
p., 131.
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