jueves, 20 de noviembre de 2014

Melissa Cerrillo. Estas cosas de la instantaneidad me están matando: comunicación online y repercusiones en la cultura milenaria


Estas cosas de la instantaneidad me están matando: comunicación online y repercusiones en la cultura milenaria

Melissa Cerrillo

crearé una nueva categoría

en mi lista de amigos de messenger

la llamaré “gente que me gusta pero yo no les gusto”

y moveré tu nombre a ese grupo

y te invitaré a mi casa

 y tú dirás “si no me gustas ¿por qué iría a tu casa?”

y me mirarás a la cara

 y yo tendré una respuesta sincera a tu pregunta

y te diré que vendrás para ser amable

Tao Lin, algunos de los momentos más felices de mi vida ocurrieron en el Messenger de AOL

Introducción a los habitantes del instante

En uno de tantos comentarios de internet, leí uno en el que se pedía, de la forma más atenta, que no llamaran a nosotros, los milenarios, “generación selfie” sino “generación meme”. Ambos, la selfie y el meme funcionan como medios de la cultura de los milenarios, ambos son fenómenos atribuidos a todos aquellos que nacieron entre las décadas del ochenta y noventa y que ahora están entrando a la adolescencia, viviéndola o saliendo de ésta (los veintitantos). Curiosamente, aunque estos fenómenos se atribuyen más a la cultura estadounidense, ni ellos ni nosotros estamos exentos de la globalización y ahora es cada vez más común ver que instituciones, como la RAE, reconocen palabras derivadas de Twitter, tales como “tuitear”, “tuit”, y “tuitero”.

A diferencia de otras generaciones anteriores, las formas de interacción social de los milenarios están basadas en la información instantánea. El amor ya no es como en las películas de Buster Keaton: "Te miro, me gustas, nos casamos"[1] y ni siquiera se llega a asemejar al “romance futurista” entre Tom Hanks y Meg Ryan en You've Got Mail. Desde los últimos años, las relaciones sociales en internet se han estado rigiendo a través de la instantaneidad, la cual termina repercutiendo en la vida real. De esta forma, los nombres de las personas se convierten en links que llevan a páginas con todo su historial: desde que creó su primera cuenta de Hotmail hasta su última actualización de estado. Ahora se trata del amor como en los tiempos de Facebook, Twitter, Instagram: Te miro, me gustas, “stalkeo”[2] tu actividad en internet, analizo nuestra compatibilidad antes de siquiera hablarte y, dependiendo de lo anterior, nos casamos o no.

Mi versión adolescente del 2006 te ha enviado un zumbido

“Messenger dejó de estar disponible en abril de 2013 y ya no se puede utilizar o no se admite en la mayoría de los sistemas operativos Mac y Windows.”[3] Se anuncia en la página oficial de Windows Microsoft, sin embargo, antes de ser reemplazado por Skype, “el Messenger” era el medio predilecto de mensajería instantánea para las personas (la mayoría adolescentes) que interactuaban de manera social en internet entre 1999 y 2013, es decir, en los milenarios.

Mi versión adolescente de trece años (como un usuario común perteneciente a México) usaba la versión de Messenger difundida en el 2006. A diferencia de Tao Lin, yo no conocí el servicio de mensajería instantánea de AOL ni las versiones anteriores de MSN Messenger, sin embargo, el concepto de mensaje de texto instantáneo no difiere mucho entre éstos. Básicamente la acción de chatear online implica a dos, o más personas, ubicadas en diferentes lugares, que tienen acceso a internet desde una computadora para, como lo define de la RAE, “mantener una conversación mediante chats”. La esencia del chatear es el texto, pero en Messenger, el texto estaba complementado por otras opciones que se pueden dividir en tres categorías: “lo que yo comunico”, “los valores opcionales preestablecidos que Messenger ofrece para comunicar”, y “lo que Messenger comunica”.

A partir de la división anterior, se puede diferenciar los componentes de cada una entre las definiciones de signos de Thomas A. Sebeok, de esta forma se ven las diferencias entre los signos que se usaban como rasgos de la personalidad y del comportamiento online:

La señal es un signo que mecánica o convencionalmente provoca alguna reacción en un receptor[…]; síntoma es un signo compulsivo, automático, no arbitrario […]; ícono es cuando hay una similitud topológica entre un significante y su denotado[…]; índice es cuando su significante es contiguo a su significado, o es una muestra de él […]; símbolo es un signo sin semejanza ni contigüidad, sino solamente con un vínculo convencional entre su significante y su denotado, además de con una clase intencional para su designado[…]; nombre es un signo que tiene una clase extensional para su designado.

Así, “lo que yo comunico” se componía del nombre y foto del usuario, un mensaje personal o sustituirlo por “lo que estás escuchando” (una sincronización con la música del reproductor Windows), estado (disponible, ocupado, ausente desconectado), opciones de “temas” para la ventana de chat y estilos de fuente (tipografía y color). Todo es comunicación, ya que el hecho de escoger una imagen (índice o símbolo) en vez de una foto propia (ícono) podía ser indicador de que sentir vergüenza por la imagen propia, estar muy interesado en el tópico de dicha imagen, o no tener creatividad y ser el tipo de persona que se conforma con las imágenes que el programa ofrecía; los estados de “disponible”, “ocupado”, “ausente” y “desconectado” cada uno con un respectivo y simbólico color (verde, rojo anaranjado, gris), enmarcaban el cuadro de la foto y mostraban la información acerca de cuál era la situación actual del usuario: disponible (o no) para contestar; el mensaje personal (señal) era un pequeño texto que indicaba otro tipo de situación actual, desde “estoy triste” hasta “estoy escuchando toda la discografía de…” si se sincronizaba con el reproductor de Windows.

“Los valores opcionales preestablecidos que Messenger ofrece para comunicar” eran los emoticones (íconos), los “guiños” (señales) y los “zumbidos” (señales). Los primeros, casi como interjecciones, son dibujos de expresiones faciales (en su mayoría) que representaban sentimientos como alegría, tristeza, enojo, entre otros; los “guiños” que se enviaban al receptor no tienen una correspondencia literal con el mensaje, simplemente se podía enviar al receptor un niño lanzando un globo con agua o un dibujo de una personas haciendo muecas; por último, los “zumbidos” era una acción que agitaba, literalmente, la ventana de chat del receptor.

“Lo que Messenger comunica” eran íconos independientes de la intención del usuario, tales como el ícono de cámara, y el mensaje textual de “está escribiendo”, en el caso del primero, éste dependía de si la computadora contaba con una cámara, en el caso de tenerla, aparecía un ícono de cámara al lado de la foto del usuario y significaba que se podía transmitir vídeo en tiempo real; el segundo era un mensaje textual que aparecía cuando el emisor estaba en proceso de enviar un mensaje, es decir, Messenger detectaba cuando alguien comenzaba a teclear; por otro lado, este mensaje automático también servía como función fática, una forma de asegurar al transmisor de que el receptor, pese a leer el mensaje, había decido responder. Por lo tanto, si un usuario quería abstenerse del uso de la cámara debía comunicar directamente a su receptor que se negaba a establecer ese tipo de comunicación y también debía abstenerse de teclear si no iba a enviar un mensaje.

La unión de MSN Messenger con Skype (la cual representaría su fin) no afectó drásticamente la vida del cibernauta promedio. Sin embargo, a partir de valores ya dados por Messenger para la comunicación online, los siguientes medios de comunicación instantánea estarían basados en los conceptos de Messenger (AOL, entre otros) y junto con esto, todo un cambio cultural en cuando a comunicación de la generación milenaria se refiere.

Hicieron de la puntuación unos dibujos ¯\_()_

La popularización de Facebook fue un factor importante en la desaparición de MSN Messenger que concluyó con su fusión con Skype. El éxito de Facebook radica en la actividad que tiene el usuario en el instante: “¿Qué estás pensando?”, “¿Dónde estás?”, “¿Con quién estás?” El muro de Facebook se maneja como una línea de tiempo que se va construyendo a través de las actividades en tiempo real. Sin embargo, esta red social tomó de plataformas como Messenger, algo que ya se venía contagiando a través de las cartas cadena de los correos electrónicos y los estados de Messenger: el uso de los signos de puntuación como dibujos.

Los chats son comunicación instantánea, tan rápida que puede asemejarse a una conversación hablada, sin embargo, su característica textual hace que se presenten problemas relacionados con el contexto, tanto para el emisor como para el receptor. “El sólo conocimiento de las palabras y la gramática de una lengua no garantiza el éxito en la comunicación.”[4] Por lo tanto, en los mensajes textuales e instantáneos hacer falta una referencia pragmática a las intenciones del emisor. Messenger había solucionado, consciente o inconscientemente, este problema a través del uso de los emoticones y los guiños. Sin embargo, cuando aparecen otros medios para la comunicación instantánea (SMS, Facebook, comentarios en blogs) el uso de las “caritas” (emoticones) se esparce rápidamente.

“Emoticones (una contracción de las palabras “emotional icons”) son glifos usados en las comunicaciones mediadas por computadora, con intención de representar expresiones faciales.”[5] El origen de estas “expresiones faciales” hechas con el teclado, es difícil de precisar. En el siglo pasado ya había representaciones (dos puntos una línea curveada) que se usaban como simples dibujos, incluso el “xoxo” (besos y abrazos) puede ser un precursor de esta forma de comunicar. Si nos queremos remontar más años atrás, en el siglo XIX, en uno de los discursos de Abraham Lincon se puede ver un emoticón guiñando el “ojo”[6], aunque lo más probable es que haya sido un error. Sin embargo, la historia que podría convertirse en algo oficial es la de Kevin MacKenzie, quien en 1979 “propuso que si alguien tenía la intención de sarcasmo en un post, usara el símbolo -) para indicar “lengua en la mejilla.” Es decir, que estaba usando un tono de broma.

El uso de los emoticones hechos con signos de puntuación se ha esparcido en los mensajes de texto ya que satisfacen la necesidad del lenguaje pragmático entre el emisor y el receptor. Un mensaje como “estaba bromeando” requiere de una contextualización sobre el tono del emisor, por lo tanto “estaba bromeando :)” da una connotación positiva, mientras que “estaba bromeando ¬_¬” una negativa. Sólo se tiene éxito en la comunicación cuando las intenciones del emisor en su mensaje son interpretadas correctamente por el receptor.

Si los emoticones son algo necesario en la comunicación instantánea y no se puede prescindir de éstos, entonces, la cultura se ve modificada, sobretodo en la de aquellos que nacieron después, o cuya situación económica les permite estar del otro lado de la brecha digital, en donde está el internet y la comunicación instantánea. Ha sido tan grande la influencia de los emoticones en nuestra comunicación que incluso algunas personas los transcriben en su escritura a mano y, tal como se ve en el subtítulo de este apartado, también se llega a usar en documentos académicos. Si esta última práctica afecta de forma negativa los textos académicos u oficiales, es porque el usuario no comprende el límite del uso de los emoticones. Éstos últimos, son necesarios en la comunicación instantánea porque el emisor se ve restringido, varias veces, por un número limitado de caracteres o por la rapidez del chat, por lo tanto, no puede explicar a grandes rasgos sus intenciones, y por eso usa el recurso de uno o varios emoticones. En cambio, en un texto académico, el autor de éste debe ser capaz de desarrollar un discurso entendible para que todas sus ideas sean claras y no representen un problema de interpretación para el lector modelo.

Si le gustaras no te dejaría en “visto”

No es de sorprenderse que a principios de noviembre hayan circulado por varias redes sociales mensajes anunciando el fin del mundo sólo por el hecho de que, al igual que Facebook, la aplicación de mensajes instantáneos WhatsApp, la cual ya contaba con un símbolo de mensaje recibido (✔), ha añadido otro símbolo (✔✔) para indicar que el mensaje ha sido recibido y visto. Entonces ¿Por qué los usuarios definen esta añadidura como “el fin del mundo”? Con el primer significado no hay problema, el usuario común piensa “está bien, el mensaje fue recibido, sólo queda esperar” incluso es un alivio porque significa, como una función fática, que la comunicación será establecida, está asegurada. El segundo significado es el que representa un problema para el emisor, quien al ver que el receptor ha recibido el mensaje lo está ignorando, deja el intercambio de mensajes con el emisor a un lado y en este momento deja de existir comunicación textual, y el silencio, o la no respuesta puede suscitar cientos de interpretaciones para el emisor. Bienvenido a la tierra de la incertidumbre online.

El “visto” de Facebook y el doble (✔✔) de WhatsApp han desarrollado una emoción idiosincrática en las los usuarios de los mensajes instantáneos: la angustia. Como emoción, esta angustia generada por la ausencia de respuesta, tiene un carácter social[7] en la cultura milenaria. En el siglo pasado, la falta de una respuesta, ya sea de una carta o una llamada telefónica, podía causar angustia, pero no de la forma en que ahora se nos presenta; si no se recibía una repuesta se podía interpretar como un error de las líneas telefónicas o del servicio postal, ya que no había una forma de asegurar que el mensaje había sido recibido. Ahora, en estos últimos meses se ha visto que el “visto” genera una angustia cultural, cambia las relaciones de las personas y éstas lo reflejan en sus comentarios, publicaciones, memes, en fin, en toda su actividad en internet.

Por otro lado, como un símbolo contrario, existe en Facebook los tres puntos suspensivos (…) que, como el “está escribiendo” de Messenger, le indican al usuario que su receptor, va a transmitir un mensaje, se invertirán los papeles, el emisor se convertirá en receptor y viceversa. Este símbolo le indica al usuario que recibirá la respuesta textual que estaba esperando, y no la incertidumbre del silencio. Tanto el “visto” como los puntos suspensivos, reflejan las intenciones del receptor sobre si se quiere convertir en emisor o no. Las relaciones sociales se ponen en encrucijada cuando se trata de ignorar a las personas conscientemente. Estas nuevas formas de comunicación, en vez de facilitar el intercambio de mensajes, cambian nuestro comportamiento y, al cambiarnos a nosotros, nuestra cultura también se ve modificada.

Para cuando leas esto probablemente ya estará obsoleto

De los jóvenes milenarios se dicen muchas cosas, como que no tienen inclinación hacia un partido político, o alguna religión o que el internet nos ha acostumbrado a querer recibir información en el momento en que se ocupa y, por lo tanto, no tenemos buena memoria y somos mejores procrastinadores. Somos una generación que vive en un presente que se construye a partir del instante o en términos de Gastón Bachelard: “el tiempo es una realidad afianzada en el instante y suspendida entre dos nadas.”[8] (el fantasma del pasado y la ilusión del porvenir). Vivimos esperando actualizaciones y dejamos en el pasado (y en el olvido) lo obsoleto.

En un par de años, cuando hablen de nuestras formas de comunicar y relacionarnos, dirán “Como en los tiempos de Facebook, Twitter, Instagram”. La cultura y el lenguaje están en constante cambio, y en una generación como la nuestra, en la que los cambios son más acelerados gracias al internet y la maravillosa conexión Wi-Fi que pulula en cada lugar público, en la escuela y en el hogar, disfrutamos de miles de millares de memes y los olvidamos al siguiente clic. Esa es nuestra cultura. En menos de diez años seremos obsoletos.

Como moraleja, quedémonos con el poema de Ennio Tucci, Asterico dos puntos: “No te acostumbres a darme besos electrónicos con dos puntos y asterisco. Prefiero caminar mil kilómetros para estrellarme contra tu nariz y que tu quijada se raspe con la mía porque este amor tecnológico me está sacando la piedra.”

 



[1] Dopo Mezzanotte, Davide Ferrario, 2004.
[2] Anglicismo del sustantivo “stalker” que significa acosador.
[3] Cfr. http://windows.microsoft.com/es-mx/messenger/messenger-to-skype
[4] VAN DIJK, Teun A. (comp.), El discurso como interacción social, 1ª ed., Editorial Gedisa, Barcelona, 2008, pag, 67
[5] JONES, Steve, Encyclopedia of New Media: An Essential Reference to Communication and Technology, [s.e.], SAGE Publications, 2002. Traducción Melissa Cerrillo. pag. 177
[6] Cfr. LEE, Jennifer, “Is that an emoticon in 1862?” en http://cityroom.blogs.nytimes.com/2009/01/19/hfo-emoticon/?_r=0
[7] HELLER, Agnes, Teoría de los sentimientos, traducción de Francisco Cusó, 3ª ed., editorial Fontamara Barcelona, 1993, pag. 119
[8] BACHELARD, Gastón, La intuición del instante, traducción de Jorge Ferreiro, 2ª ed., Fondo de Cultura Económica, México, 1999, pp. 11-12

 
 
 
 

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